lunes, 13 de septiembre de 2010

Viscerales de cero


Sábado Show

Después de tres años de trayecto, la banda debuta con su trabajo Pequeño buda.

Por: Martín Cajal

De no darse por vencido, de volver a empezar. Es una actitud frente a la vida. Por más que estés golpeado, por más que los proyectos no te hayan salido. De cero es nunca bajar los brazos, por más que estés tirado en el piso. Empezar con todas las fuerzas por más que tengas ochocientas batallas perdidas", cuenta Alejandro Fontaina sobre De Cero, que lleva un corto trayecto -tres años-, aunque sus miembros no sean ningunos adolescentes. Alejandro fue el cantante de Luz Roja, el baterista Daniel "El Chino" González fue fundador de La Trampa y miembro por diez años, el guitarrista Agustín Vilariño estuvo en Ike, y Pedro Alemany integró Los Terapeutas, Kimia y El Congo Bongo. Con esa experiencia dispar a cuestas, cada uno vuelca lo suyo a la hora de la composición, hecho que queda plasmado en su debut Pequeño buda (Montevideo Music Group, 2008). Sus integrantes hallaron en De Cero un tipo de afinidad que les permitió complementar una diversidad de sonidos que culminan en la propuesta de la banda. "En el grupo se da la conjunción de todas esas bandas en las que cada uno estuvo. Cada grupo tiene su estilo propio pero nosotros no nos encasillamos en ninguno, viajamos por varios sonidos. Se da una química especial. Generalmente, Alejandro trae la estructura, la base, y eso después empieza a crecer, cada uno le mete de todo, arreglos propios al gusto de cada uno (Led Zeppelin, Audioslave, cosas de jazz, reggae…) y se va ramificando y quedando gordo. Nunca hay enfrentamiento, siempre se da un enriquecimiento.", explica "El Chino". Alejandro agrega: "Logramos una especie de magia entre lo que cada uno aporta. Y magia con cualquier cosa: de repente uno tira solo una nota, medio aporte, y ya se va generando algo…"

La banda proyecta irse un año para Buenos Aires para mostrar su música y para completar las búsquedas personales de cada integrante: "Queremos estar más juntos, todo el día componiendo y tocando. En la vida hacés un millón de cosas y ahora es como que decidimos darle el tiempo y la dedicación necesaria a esto. Y ver si funciona o no. Por eso nos vamos, porque creemos que tenemos cosas para mostrar, se trata de una búsqueda personal más que por conseguir éxito, fama, etc. Eso capaz que llega y ahí te cuento", señala Alejandro.

Pequeño buda es un disco catártico, definido por ellos como "música y poesía visceral". El álbum se compuso mientras el hijo de Alejandro, Sasha, se encontraba internado, fue hecho "en idas y venidas, en hospitales. Incluso el dibujo de la tapa (una calavera) lo hizo mi hijo. Es un vómito de todo lo que me estaba pasando." La canción homónima la hicieron entre los dos, en el Hospital Británico. Sasha creó el estribillo: "Yo sólo vine a jugar/y ahora me encuentro sufriendo/yo sólo vine a vibrar/ y ahora me encuentro sin nervios". El "pequeño buda" es Sasha, quien iluminó el camino de Alejandro, quien lo vitalizó. El disco toma como guía central al rock y, a pesar de la inspiración trágica, no se trata de un trabajo oscuro: hay bronca, dolor, despecho pero también esperanza, descontrol... y desde una propuesta sonora que, en general, se halla siempre "arriba" en cuanto a ánimo.

Lo presentarán en Espacio Guambia, el 20 de noviembre y un día después en el restaurante Lindolfo. El espectáculo se llamará "Humor Rockero, Fútbol y Psicoanálisis", un intento por darle al show cierta variedad, de modo que el público no decaiga. "La idea es hacer un show diferente: una banda tocando y, a la vez, agregar otros componentes. A mí, por ejemplo, me pasa que me pongo a hablar o tengo ganas de comer, por más que esté tocando un Pat Methany. Entonces surgió esa idea de que el show no caiga", cuenta su cantante. Por eso, además del toque, habrán apariciones de humor y actuación a cargo de Rafael Cotelo y Marcos Morón; pintura en vivo sobre lienzos a cargo de Harry Tattoo, proyecciones animadas en una pantalla, y estarán como invitados la banda argentina Mil Hormigas, Alvarito Pintos (Cuarteto de Nos), Paco Pintos (La Triple Nelson), Leonardo Copolla (Pasados de Rosca) y Carlos Palma (Charlie Loop).

DE CERO, EL COMIENZO DE UNA CUENTA PENDIENTE

No son una banda de jóvenes que recién sacan un disco y piden atención. Tampoco se trata de un conjunto de veteranos que regresan después de muchos años. Se trata de cinco amigos que ya cuentan con experiencias individuales dentro del ambiente musical. La química creativa los unió para armar un proyecto en el que las influencias musicales se entremezclan; en el que cada uno tira sus gustos y, a partir de ahí, surge la propuesta de la banda. AC/DC, Led Zeppelin, Rage Against The Machine son algunas preferencias de De Cero, conjunto que puede compararse desde lo sonoro con bandas locales como Doberman o Gasoil. Cinco amigos que hallaron en su banda la posibilidad de volcar lo de cada uno y que ahora aspiran a saldar una cuenta pendiente: mostrar su música.



Link a nota: http://www.elpais.com.uy/Suple/SabadoShow/08/11/15/sshow_381013.asp

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