martes, 14 de septiembre de 2010

Oficio no apto para impacientes




Oficio no apto para impacientes


Se rodó en Córdoba parte del filme “La patria equivocada”. Como toda película, demanda horas interminables de trabajo.

23/11/2009
Ocio
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Por Gonzalo Toledo
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Dicen por ahí que las leyes son como las salchichas: mejor no enterarse cómo las hacen. A la lista se le podría sumar también el cine, porque uno no sabe si realmente quiere ver cómo se hace una película. No se trata de una experiencia desagradable ni con esto se quiere significar que sea una tarea ingrata, pero sí es un trabajo no apto para personas impacientes.

Invitados por la producción, presenciamos parte del último día de rodaje del filme La patria equivocada, en nuestra ciudad. Desde hoy, la filmación continuará en San Luis, donde se harán las escenas de exteriores. La película, un drama de época basada en una novela de Dalmiro Sáenz, es dirigida por Carlos Galettini. En Córdoba, se trabajó en los edificios históricos de Alta Gracia y en el predio de Chateau Millenium de Villa Allende. Hacia ese lugar fuimos, para ver cómo se hace una película.

Dentro y fuera del set trabajan decenas de personas, pero igual no está pasando nada. No hay acción. Los técnicos preparaban las luces y el sonido para filmar una escena de interior, en la que el protagonista va a aparecer encadenado a una cama. Detalle para tomar nota: la cama, las sillas, las mesas, todo está elevado, apoyado sobre tacos de madera. Debe ser por una cuestión del cuadro, imaginamos. Son muchos los detalles que hay que tener en cuenta antes de encender la cámara. Es lo que uno supone, pero después se da cuenta de que se ha quedado corto. Entre la marea de tipos que llevan cables y tarros, aparece un muchacho con un nivel de albañil y comienza a controlar que los muebles estén nivelados. ¿Será para tanto? ¿Se verá en cámara si hay una leve inclinación de los muebles? Todo lleva enormes cantidades de tiempo, el trabajo parece obsesivo.

Pasó media hora y todavía no ocurría nada, en el set. Uno de los camarógrafos le pide a una chica del equipo que se siente en una silla, para medir la luz de la escena. Muchas horas después, la silla será ocupada por Juanita Viale, una de las protagonistas. Antes de una toma en el Teatro Libertador, el director Galettini le dijo a Viale: “Acordate que estás cansada de esperar”", como para que entre en el personaje. A esas alturas de la mañana ya nos rendimos a la sabiduría popular, para hacer cine hay que saber esperar.
Pasó ya una hora y nada. Vestido con un look a lo Daktari, Galettini se acuesta en la cama y marca la posición que luego adoptará Adrián Navarro, el otro protagonista del filme. Por lo menos es algo. Un poco de movimiento.

Más cerca del mediodía, Navarro toma su lugar en la cama. Se pone las cadenas en los pies y en una mano y comienza a esperar. ¿Viene la acción? No, no todavía. Al rato, alguien le alcanza un cigarrillo encendido y el actor comienza a fumar en silencio.

“Chicos, dejen el cuadro libre”, pide una asistente. Dejar el cuadro libre implicará que alguien le diga al cronista que cambie de ubicación. En el hormiguero de gente yendo y viniendo, “permiso” es la palabra más escuchada. Todos trabajan, el director hace lo suyo y el actor fuma y espera que empiece algo. ¿Se aburrirá?

Minutos más tarde, el actor pide una bata para cubrirse, ya que en la escena estará desnudo.

“Guarda con la jarra”, dice el del nivel. ¿Ya comenzarán a rodar? No. Todavía falta chequear las luces, nuevamente.

Al salir del set, más gente trabajando, hay camiones y equipos de energía. El día se cortará con un almuerzo para todos, al que no podemos quedarnos. Salimos. Nos vamos y no vimos nada de acción. El equipo estuvo en Córdoba desde el 2 de noviembre hasta el jueves pasado. Ahora la siguen en San Luis y se ve que son muchas horas las que demanda un largometraje que finalmente no tendrá más de dos horas. Entonces, a modo de reflexión, mejor no saber como se hacen las leyes, las salchichas o las películas. De todas maneras, saber cómo se hace una película, ver todo el esfuerzo que hay detrás, nos cambiaría la forma de ver el cine, y tal vez nos empuje a ser más respetuosos a la hora de “calificar” lo que se ve.

Sobre el libro de Sáenz, La patria equivocada es un proyecto que resultó elegido por el Incaa, de cara a una serie de actividades para el bicentenario de la República, en 2010. La trama entrecruza la vida de tres generaciones de una familia, que recorre buena parte de los primeros años de la independencia argentina.

El rodaje continuará ahora en San Luis Cine y la fecha de estreno está prevista para mediados de abril del año próximo.

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